Fechas importantes en la historia de la Región:
1905-1987
Haunton
1949-1954
Rice Hill
1950-1966
Colegio St. Patrick
1955-1987
Maternidad en Virginia
1958-1987
Asilo de ancianos, en Virginia
1956-1963
Seminario menor de Grove Park
1987
Trabajo parroquial en Aberdovey
1980-2009
Trabajo parroquial en Wolverhampton
En 1996
Las Hermanas de San José de la Región Anglo-Irlandesa y las Hermanas de San José de Burdeos, se unieron a las Hermanas de San José de Lyon.
Como Hermanas de San José estamos comprometidas en nuestros apostolados y somos responsables de la misión que nos ha sido confiada. Donde quiera que estemos, debemos manifestar nuestro amor a todas las personas, a través de nuestro interés por ellas, nuestra entrega y nuestra participación.
Sobre todo, estamos comprometidas en el trabajo pastoral, y la hospitalidad es un punto fuerte en nuestra vida y en nuestras comunidades. Organizamos retiros personales o en grupo y preparamos a jóvenes y a menos jóvenes a recibir los sacramentos. Propiciamos lugares eclesiales donde las personas pueden venir, sentarse y gustar la presencia del Señor en un contexto inhabitual.
Visitamos, en su domicilio, a personas mayores y a aquéllas que no pueden salir de su casa; vamos a asilos de ancianos; en todas partes tratamos de dar apoyo, alegría, escucha y llevamos la Sagrada Comunión a quienes la solicitan.
La capellanía católica, en la universidad o en el ejército, es también una parte importante de nuestra misión, así como el apostolado al lado de las personas que renuncian a la prostitución o a la droga. No olvidamos a los que no tienen casa, sobre todo si tienen necesidad de ser escuchados o de ser apoyados en algo.
Otro ministerio importante: visitar a nuestras Hermanas mayores y enfermas en las casas donde se encuentran y mantener la comunicación con ellas.
El ecumenismo es una parte importante de nuestro apostolado, así como la ayuda a diferentes organizaciones caritativas, sobre todo cuando colectan fondos.
Nuestros Asociados viven de nuestro carisma en su vida cotidiana y tienen encuentros regulares para intercambiar y rezar.
Todas estas formas de apostolado nos permiten vivir el amor inclusivo entre nosotras, con los demás y con Dios.
Como Hermanas de San José estamos comprometidas en nuestros apostolados y somos responsables de la misión que nos ha sido confiada. Donde quiera que estemos, debemos manifestar nuestro amor a todas las personas, a través de nuestro interés por ellas, nuestra entrega y nuestra participación.
Sobre todo, estamos comprometidas en el trabajo pastoral, y la hospitalidad es un punto fuerte en nuestra vida y en nuestras comunidades. Organizamos retiros personales o en grupo y preparamos a jóvenes y a menos jóvenes a recibir los sacramentos. Propiciamos lugares eclesiales donde las personas pueden venir, sentarse y gustar la presencia del Señor en un contexto inhabitual.
Visitamos, en su domicilio, a personas mayores y a aquéllas que no pueden salir de su casa; vamos a asilos de ancianos; en todas partes tratamos de dar apoyo, alegría, escucha y llevamos la Sagrada Comunión a quienes la solicitan.
La capellanía católica, en la universidad o en el ejército, es también una parte importante de nuestra misión, así como el apostolado al lado de las personas que renuncian a la prostitución o a la droga. No olvidamos a los que no tienen casa, sobre todo si tienen necesidad de ser escuchados o de ser apoyados en algo.
Otro ministerio importante: visitar a nuestras Hermanas mayores y enfermas en las casas donde se encuentran y mantener la comunicación con ellas.
El ecumenismo es una parte importante de nuestro apostolado, así como la ayuda a diferentes organizaciones caritativas, sobre todo cuando colectan fondos.
Nuestros Asociados viven de nuestro carisma en su vida cotidiana y tienen encuentros regulares para intercambiar y rezar.
Todas estas formas de apostolado nos permiten vivir el amor inclusivo entre nosotras, con los demás y con Dios.» content_alignment=»right» connector_icon_size=»26px» connector_color=»#339966″ connector_bg=»RGBA(255,255,255,0)» _builder_version=»4.17.1″ _module_preset=»default» title_text_color=»#339966″ subtitle_text_color=»#339966″ box_shadow_style_main=»preset1″ global_colors_info=»{}»][/dtlp_vertical_timeline_child][/dtlp_vertical_timeline]
Nuestra historia:
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, las leyes anticlericales originaron, en Francia, la separación de la Iglesia y del Estado. En consecuencia, las Hermanas ya no tuvieron el derecho de enseñar en las escuelas primarias; de un día para otro, el Estado tomó su lugar y las hermanas fueron secularizadas. En la misma época, en Inglaterra, el Padre John O’Toole buscaba religiosas para ayudar en la evangelización, en su reciente parroquia de Haunton, pequeño pueblo de Staffordshire. El arzobispo Illsley de Birmingham, le aconsejó que escribiera a la Madre St Paul, Superiora General de las Hermanas de San José de Burdeos, para pedirle Hermanas para esta misión.
Las Hermanas de San José aceptaron su invitación y el 3 de mayo de 1905, tres Hermanas llegaron a Haunton: la Hermana Mary Magdelene (la única que hablaba inglés), la Hermana de la Trinidad y la Hermana St Norbert. Ocuparon una casita (St Edward’s) del poblado y empezaron a enseñar en la escuela parroquial. Se ocuparon también de la iglesia. Más tarde compraron una propiedad muy vasta en donde comenzaron por abrir una pequeña escuela privada para señoritas; éstas aprendían costura y obtenían un buen nivel de francés. A través de los años, surgieron otras necesidades y el establecimiento se transformó en un internado para mujeres de 5 a 18 años. En la misma época, muchas jóvenes del extranjero vinieron a este instituto para aprender inglés. Este internado continuó desarrollándose hasta 1987, en que por la edad avanzada de las Hermanas y la disminución de vocaciones tuvo que cerrarse. Durante el tiempo que el internado funcionó, la comunidad de las Hermanas aumentó gracias a la llegada, en 1940, de nueve Hermanas, obligadas a huir de Francia después de la derrota del país y de la invasión alemana.
Anteriormente, durante los años 30, jóvenes inglesas e irlandesas entraron al convento de Haunton, para adquirir un conocimiento básico del francés antes de partir para el noviciado en Francia, concretamente en Burdeos.
En 1949, Sor Imelda y Sor St Patrice desearon hacer una fundación en Irlanda, por lo cual pidieron a Mons. Lyons, Obispo de Kilmore en Co Cavan (Irlanda) establecer un convento en su diócesis. Él aceptó con mucho gusto y tres Hermanas ocuparon una casita en Rice Hill pequeño poblado en Conté Cavan. Ahí explotaron una pequeña granja y ejercieron su apostolado hasta 1954, siempre cercanas a la gente de la localidad. Al mismo tiempo, Mons. Lyons pidió Hermanas para trabajar en el Colegio St Patrick, establecimiento diocesano para varones de 13 a 18 años, dirigido por el Clero diocesano y algunos profesores laicos. El trabajo de las Hermanas consistía en ocuparse del personal de intendencia, hacerse cargo de la enfermería y de la salud de los alumnos y del personal, cuando fuera necesario. Ellas desarrollaron sus funciones con gran cuidado y asiduidad, hasta que la Congregación las retiró a fines de los años 60.
De 1905 a 1969 las Hermanas, en Inglaterra y en Irlanda, vivieron bajo la jurisdicción de la Congregación de San José de Burdeos en donde se encontraba la Casa Madre. En 1969 pidieron oficialmente llegar a ser una Región con una Superiora regional y un Consejo regional. En el Capítulo general de ese mismo año, su petición fue aceptada y Sor St Patrice fue nombrada Superiora regional, con dos Consejeras. La Casa Regional se instaló en Mosley en donde se estableció una comunidad el 4 de agosto de 1970. Dos hermanas trabajaron en la escuela primaria San Martín de Porres, recién construida; ahí dieron grandes servicios hasta 1982. En ese año esas dos hermanas partieron a Alemania como capellanas de los hijos del personal del ejército británico.