Líbano

« Por la fe, manténganse, sólidos y firmes ;
no se dejen desorientar de laESPERANZAque han recibido
al oír el Evangelio proclamado a toda creatura bajo el cielo.” (Col. 1 /23)

1923

Para responder al llamado de los Padres Jesuitas,
las Hermanas de San José de Lyon llegaron de Armenia al Líbano para servir en el Hôtel-Dieu (Hospital) de Francia en Beirut, y en la maternidad francesa, y también para ocuparse de los armenios refugiados en Líbano.
Eran diecisiete Hermanas, de diferentes nacionalidades: francesa, estadounidense, mexicana, armenia, italiana y más tarde, libanesa.

Poco a poco, las Hermanas de SAN JOSÉ se implantaron en otros lugares.

Presencia En Deir – El – Harf 1936

Las Hermanas llegaron a Deir-El-Harf para fundar una escuela primaria.

1949

apertura del noviciado

1983

durante la guerra civil, y después de un largo sufrimiento con el pueblo, sobre todo con los cristianos perseguidos, se vieron obligadas a tomar el camino del éxodo hacia una región cristiana que estuviera menos en la mira…

1986

regresan para volver a empezar un nuevo camino en la misión de reconciliación y de unidad en esta región diseccionada.

Presencia en Klaya 1958

Las hermanas fueron llamadas al sur del Líbano, frontera con Israel, para abrir una comunidad y una escuela primaria.
Luego también regentan un dispensario para el pueblo y la comarca así como una misión en la parroquia con los jóvenes, los ancianos y la Hermandad de María.

1975 – 2006

las hermanas lucharon por una presencia activa y útil junto a los aldeanos que sufrían una guerra atroz y ataques israelíes en el sur del Líbano.

Asistencia a Jounieh (1969)

Una misión en la parroquia: Las hermanas brindan diversos servicios: servicio de altar, preparación de niños para la primera comunión, reuniones de jóvenes, visitas a enfermos y ancianos, grupo C.V.X, etc.

Otras misiones temporales

Por diversas razones (la guerra libanesa, el número insuficiente de Hermanas…)

dejan algunos lugares: El HÔTEL-DIEU y la maternidad francesa en 1968, una escuela primaria gratuita en Darb – Elsim,
y otra escuela primaria gratuita en Beit – Ed Din.
También, ceden la administración de dos dispensarios del gobierno, el de Rayun y el de Achkout (Kesrwwan), por falta de Hermanas enfermeras.

Nuestros compromisos apostólicos.
Misión educativa (en Klaya y Deir El Harf)
Nuestras escuelas, mixtas, abiertas a todas las confesiones religiosas, son una tierra fértil para arraigar la comunicación y la esperanza entre nuestros/as alumno/as, y construir una sociedad de amor que acepte la diferencia como una riqueza, y la diversidad será un reto para un futuro de convivencia y fructuoso. A través de nuestras relaciones, maestros/as padres de familia y niños/as, tratamos de crear puentes de comunicación y de diálogo, sobre todo en nuestros diferentes medios de vida, de trabajo y de acción, partiendo de la educación humana, cívica, religiosa, científica, medioambiental…

Jornadas de oración y retiros ignacianos

En un mundo sediento de Dios, compartimos nuestra espiritualidad ignaciana y nuestro carisma con toda persona que desea una relación con Dios. Es un tiempo de silencio, un momento para “navegar” en sí mismo, para compartir.

En una palabra, se trata de una relación fuerte consigo mismo/a,
con el otro/a y con el Señor.

Este proyecto se realiza juntamente con los padres jesuitas.

Misión parroquial : las hermanas son miembros del Comité Parroquial (Deir el Harf, Klayaa, Ghadir): tratamos de hacer activa nuestra presencia junto al pueblo de Dios para que juntos construyamos la Iglesia del Señor:

Participamos en el equipo de liturgia, en el coro, en los grupos de jóvenes, en el grupo de oración, en el trabajo con los niños, en la preparación a la primera comunión, en las vigilias evangélicas, en la adoración, en campamentos juveniles, en la formación religiosa, en la Cruz roja y en Cáritas, en la catequesis, en el club para el cuidado del medio ambiente que hay en la escuela, y en otros clubes de la región…

Equipo de justicia y paz: Colaboramos con personas laicas que trabajan por la Justicia y la Paz, el cuidado de la tierra, del medio ambiente, los derechos de la mujer, la lucha contra la pobreza… Tratamos de abrirnos a las culturas que emergen en nuestras realidades actuales y locales.

 

Pastoral universitaria: el acompañamiento a jóvenes universitarios es una misión que tiene mucha vida. Estamos comprometidas con jóvenes para caminar con ellos y ellas, para que vivan su compromiso eclesial en su universidad y puedan hacer frente a todos los retos del mundo actual. Este objetivo se realiza a través de reuniones regulares, de fines de semana, de diversas formaciones, y un campamento anual que abarca dos partes: espiritual (retiro ignaciano) y misionera, y otras actividades formativas y creativas de los/as jóvenes.

 

Club del medio ambiente: En nuestra escuela de Deir El Harf, fundamos un Club que estimula y forma a los alumnos para la protección del medio ambiente. Trabaja en colaboración con otro Club de la región y con comités internacionales como AFDC (Association for forest and devellopement and conversation – Lebanon). Nuestros alumnos compusieron un canto sobre la protección del bosque y una representación teatral educativa, en la que actúan como abejas; los dos proyectos fueron adoptados por la AFDC y han sido solicitados por otras escuelas y clubes del medio ambiente.

Red ignaciana en Líbano:La Red Ignaciana reúne a todas las familias ignacianas en Líbano. Éstas son: La Compañía de Jesús (los jesuitas), las Hermanas de los Sagrados Corazones, de Nazaret, de San José de Lyon, de San José de la Aparición, de Jesús y María, la Compañía de María Nuestra Señora, la Comunidad del Camino Nuevo, las Comunidades de Vida Cristiana (CVX), el Movimiento Eucarístico de Jóvenes (MEJ); también pertenecen a ella numerosos laicos/as que viven la espiritualidad ignaciana. Estos movimientos y comunidades buscan vivir la espiritualidad iniciada por San Ignacio de Loyola y sus compañeros, una espiritualidad que continúa dinamizando estas comunidades para “la mayor gloria de Dios” y el “bien de las almas”.

En todos nuestros lugares de misión, tratamos de ser fieles a nuestra espiritualidad, y a nuestro Carisma.
En fin, pedimos a nuestro Señor, dueño de la mies,
”asegurar”, si Él lo quiere, el crecimiento de nuestra Congregaciónsuscitando nuevos miembros (Constituciones 89); pues nuestro mundo necesita personas valientes que vivan esta aventura de la vida religiosa dejando sus seguridades, yendo al encuentro del otro, en un don gozoso y sin reserva de toda su vida
para contribuir,
en calidad de débil instrumento, a la construcción de un mundo nuevo.